Cuando el calor amaina, la brisa se pone fresca y amable, de la misma manera el gesto de los visitantes habituales del parque, que al final de la tarde son otros o por lo menos parecen distintos a los del horario matinal o vespertino. Aunque no son tantos, son suficientes para relevarse durante la quincena. Juega el que viene alebrestado con el que ya está sentado, ese es el sistema de la contienda. . No perecen pensar en otros asuntos pero nunca se sabe, no dejar ver las intenciones es otra de las normas del lugar.